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Celos o celotipia?

Los enemigos del matrimonio: Celos? o Celotipia? ¡Cuidado! La celotipia es un trastorno mental. Al hablar de celotipia ya no se habla de un pequeño cosquilleo que nos hace sentir inseguros del amor de nuestra pareja, aquí ya hablamos de los celos en otro nivel, en un nivel patológico y disfuncional. Este trastorno es un verdadero tormento para quién lo padece y amenaza con destruir no solo el matrimonio y la familia, sino incluso la vida de quienes rodean a la persona afectada. ¿Qué es la celotipia? ¿Cuáles son los síntomas? ¿Es posible curarse de esta enfermedad? Síntomas o características del trastorno La persona mantiene la idea delirante con absoluta convicción. A pesar de que la evidencia y la lógica muestren lo contrario, la persona afectada se mantendrá inmodificable en su idea. En el caso de la celotipia, es la idea de que está siendo engañada por su pareja. El contenido de las ideas delirantes es poco probable y en ocasiones llegan al extremo de ser fantasiosas. La persona puede presentar síntomas depresivos intermitentes, o incluso un cuadro completo de depresión. En este trastorno, se descarta una lesión cerebral o un trastorno psicótico por consumo de sustancias psicoactivas. La persona puede experimentar intolerancia, irritabilidad extrema, agresividad y confrontación que no se limita a su pareja, ni a su familia, sino que se extiende a su círculo social. ¿Cómo afecta este trastorno a quién lo padece y a su familia? Cualquier aclaración aquí podría parecer bastante obvia. Sin embargo, es importante mencionar lo incapacitante que puede resultar para una persona el padecer esta patología. Las ideas persistentes y fuera de control de un engaño o infidelidad pueden nublar la razón del individuo con fatales desenlaces. La persona se queda sin paz y se la quita a su familia; principalmente a la pareja, a quién persiguen, amenazan y agreden física y emocionalmente. ¿Es posible curarse de esta enfermedad? La respuesta es SÍ, pero se debe recurrir a un profesional de la salud mental Para empezar, es necesario un diagnóstico inicial que determine el grado de evolución de la patología. Es importante documentarse intentando establecer las diferencias entre celos, que en cierto grado son normales, y la celotipia. Si definitivamente te sientes identificado con las características o síntomas mencionados, lo mejor es no esperar más y buscar ayuda profesional. Sin apoyo es imposible controlarlo. En algunos casos se requiere incluso medicación para contrarrestar la ansiedad y otras manifestaciones de tipo emocional. Cuidado con el consumo de licor y drogas psicoactivas Es muy probable que la predisposición a la enfermedad se agudice y alcance puntos álgidos de descontrol bajo el efecto del licor o drogas psicoactivas. Es importante notar que el trastorno puede permanecer encubierto y la persona puede ocultar sus ideas delirantes por algún tiempo. Esto aplica especialmente cuando apenas se entabla un contacto con dicho trastorno. A medida que gana confianza en la relación afectiva, su patología ira desbordándose hasta hacerse evidente. Encuentra en este otro artículo Cómo ayudar a un familiar adicto a las drogas. Si estas expuesto o tus hijos No te dejes llevar por el sentimiento afectivo. Casi siempre lo que sucede es que cuando el celotípico (persona afectada por el trastorno) se desborda, puede incluso agredir físicamente y después de ello experimentará cierto grado de tranquilidad al desfogar su furia interna. Vendrá entonces el episodio de ofrecer disculpas y prometer cambios. Justamente el amor por esa persona es lo que debe motivar la búsqueda de ayuda profesional, intentando salvaguardar la vida y la integridad de tu pareja, la tuya y la de tus hijos. La celotipia no es una expresión de amor, es una enfermedad y requiere un tratamiento terapéutico para ser superada. Cuando usamos la palabra celos, la usamos en el sentido de estar envidiosos de alguien que tiene algo que nosotros no tenemos. Esta clase de celos es un pecado y no es característica de un cristiano – contrariamente, muestra que aún estamos siendo controlados por nuestros propios deseos (1 Corintios 3:3). Gálatas 5:26 dice, “No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.” La Biblia nos dice que debemos tener la perfecta clase de amor que Dios tiene por nosotros. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no es indecoroso, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor.” (1 Corintios 13:4-5). Entre más nos concentremos en nosotros mismos y nuestros deseos, seremos menos capaces de concentrarnos en Dios. Cuando endurecemos nuestros corazones a la verdad, no podemos volvernos a Jesús y permitirle que nos sane (Mateo 13:15). Pero cuando permitimos que el Espíritu Santo nos controle, Él producirá en nosotros el fruto de nuestra salvación, el cual es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23). Santiago 3:14-15 dice, “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad, porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.” El estar celosos indica que no estamos satisfechos con lo que Dios nos ha dado. La Biblia nos dice que estemos contentos con lo que tenemos, porque Dios nunca nos desamparará ni nos dejará. (Hebreos 13:5). A fin de combatir esto, necesitamos hacernos más como Jesús y menos como nosotros mismos. Podemos hacer esto, estableciendo una relación personal con Dios. Podemos llegar a conocerlo a través del estudio de la Biblia, la oración y la asistencia a la iglesia. Conforme vayamos aprendiendo cómo servir a otros en vez de a nosotros mismos, nuestros corazones comenzarán a cambiar. “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2)